¿Qué se muestra en este documental? ¿A qué realidad nos acerca?
El documental nos muestra dos experiencias, una original, realizada en un colegio estadounidense hace más de cincuenta años, con el propósito de inculcar a unos niños una perspectiva respetuosa hacia los que son diferentes, en contra de la discriminación; y otra, una réplica de la primera, realizada varios años después, al personal de un correccional, también norteamericano. En la experiencia (en ambos casos), se segregaba en gente con ojos azules y gente de ojos marrones. Uno de los grupos haría de clase superior, el otro de clase inferior, como si fueran blancos y negros en la América de los 50-60 o nazis y judíos en la Alemania o la Polonia del III Reich. El grupo superior se sabría más inteligente, más guapo, más educado, más limpio, mientras que el otro sería todo lo contrario. Los de clase inferior llevarían un pañuelo al cuello que permitiera distinguirlos de lejos (como la propia piel en los negros o la estrella de seis puntas que se obligaba a llevar a los judíos). En cuestión de cinco minutos tanto adultos como niños se metieron de lleno en sus roles. Aunque es difícil saber con exactitud los procesos cognitivos que estaban viviendo, pero parece que en algún nivel sí eran conscientes de la farsa que estaban viviendo, y eso les frustraba aún más. Superado o normalizado ese trance de impotencia, empezaban a comprender el efecto de los prejuicios cuando se vuelcan en minorías étnicas y cómo podían estar afectando a otras personas si sus actos eran racistas.
¿Qué impresiones nos ha causado el visionado vídeo? ¿Es cierto que la sociedad trata de distinta manera a unos grupos que a otros?
Ver el vídeo (en clase vimos las dos primeras partes y en casa las restantes), ya que no es la primera vez que me lo encuentro, me produce varios sentimientos. Hacia la profesora, que es fría como un témpano, cierta antipatía, por buena que sea su intención. También odié a alguno de los niños que, aunque no se habían puesto en aquella situación voluntariamente, demostraron ser más tendentes a la maldad que otros. Les faltaban escrúpulos y, al sentirse poderosos e intocables, dieron rienda suelta a su ira pagándolo con los del grupo con el pañuelo.
Ya he ilustrado con dos ejemplos clásicos la discriminación que ejerce la sociedad, pero hay muchos más: el niño con gafas, la niña gorda, el nuevo, la que es muy alta, sudamericanos en España, gitanos, etc... El mero hecho de que pueda hacer una lista tan larga sin siquiera esforzarme es síntoma de que sí, aún tratamos de forma distinta a unos grupos y otros.
¿Cómo relacionas esta actividad con tu vida cotidiana? ¿Te ves reflejado tú o alguien cercano a ti de alguna manera en lo se muestra en el vídeo? ¿conoces alguna noticia relacionada con manifestaciones discriminatorias en nuestro entorno?
Es habitual decir dos verdades contradictorias de los niños: que son puros, inocentes y buenos por naturaleza, y que son malos, malísimos y que parece que están endemoniados, cuando se encuentran a alguien diferente. De todo se da, claro. Incluso el mismo niño, puede comportarse de una forma casi ideal en un caso y de la otra en otro, según cómo se haya levantado esa mañana o según que serie de dibujos haya visto esa tarde en la televisión.
Estamos aprendiendo constantemente y, aunque me considero muy empático, también estoy aprendiendo a ser más paciente con alguna gente. Me explico. Como feminista, los comentarios machistas de algunas personalidades me hieren y ofenden profundamente. Me ocurrió eso con un profesor del máster, que luego descubrí que arrastraba un machismo con el que venía luchando desde hace ya algún tiempo. Él mismo procuraba utilizar un lenguaje inclusivo, ponía ejemplos, en sus disertaciones, empleando indistintamente hombres y mujeres, pero de vez en cuando tenía algún desliz que exponía su «currículo oculto», un currículo en el que, como digo, estaba trabajando, pero que todavía debe ser pulido. No obstante, el hombre es mayor. Ha vivido toda una vida en un entorno que le ha enseñado ese machismo y está esforzándose en cambiarlo. Creo que hay que darle tregua y permitirle aprender a su paso, pues ya está influyendo más que positivamente en las generaciones siguientes.
Creo que cualquiera podría «tropezar» y dejarse llevar en un momento de debilidad. Es por eso por lo que la lucha contra las discriminaciones es tan dura y encarnizada. Porque no se puede bajar la guardia. Porque es mucho más cómodo (aunque, sin duda, menos reconfortante), descontrolarse y abusar del poder que mantener la calma y ser justo.
NOTA: No incluyo ninguna noticia porque estoy en el pueblo sin internet, trabajando off-line para poder adelantar tareas y, cuando vuelva a conectarme, me limitaré a subir estos comentarios al blog.
¿Qué valores se transmiten en el documental?
Básicamente se viene a decir que la discriminación tiene consecuencias directas sobre las personas, por lo que hay que ser consecuentes con ello. Discriminar a alguien por sus cualidades físicas le hará daño, y a quien discrimina, que suele considerarse buena persona, le dolerá a la larga si reflexiona al respecto. Así que, en una etiqueta hiper-simplista: NO HAY QUE DISCRIMINAR
Valorar –por adecuado o inadecuado- la metodología utilizada por Jane Elliot para abordar el tema de la “no discriminación”.
No me siento en disposición de juzgar la adecuación o no de la metodología de Jane Elliot, pero ella misma advierte, al final del vídeo, de que no debería aplicarla cualquiera. Creo que siente responsabilidad del uso que se haga de su método, y por eso pide que la gente, los maestros que quieran aplicar la metodología, acudan a su centro para entrenarse. Así que no cree que todo el mundo esté preparado, y ve ciertos riesgos en someter a los menores a este ejercicio.
La profesora colocó a los niños en una situación muy incómoda, muy drástica, y no les dio herramientas para afrontar lo que se les venía encima, tanto a unos como a otros. No es que esté seguro de que esas herramientas les hubieran servido de mucho, dado el momento de su desarrollo cognitivo, pero puede que recibir al menos unas pautas, les ayudara a sobrellevar el mal trago de ser los discriminados (para los discriminadores todo era un simple juego hasta el final del día; para los otros, una tortura).
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