jueves, 4 de diciembre de 2014

(ARA2) Comparando sistemas educativos

En esta segunda actividad de reflexión, debíamos comentar similitudes y diferencias entre la percepción que se tiene en cada país (España, EEUU, Finlandia y Corea del Sur) sobre su sistema educativo. Para ello Xoán nos facilitó los enlaces a algunos vídeos y documentales, y alguna otra documentación.

Material

Estos son los vídeos y el documento:

  • La educación en Finlandia


  • La educación en EEUU



  • La educación en Corea del Sur


  • El informe PISA


Reflexión y análisis

Esta es mi reflexión:

No tiene ningún sentido pretender el sistema educativo perfecto, aunque me parece evidente que ha de haber una tendencia generalizada hacia la mejora. Nuestros jóvenes han de salir mejor formados, más preparados para la vida, para el día a día, con una base de conocimiento mayor, con más y mejores herramientas que antes. Esa mejora continua debe efectuarse a dos ritmos: uno suave, a pequeña escala, en el que cada maestro o maestra, profesora o profesor y director o directora busque cada día esa cosita que pueda marcar la diferencia con respecto al día o la semana anterior; y otro rápido, acelerado, que venga de la mano de los grandes cambios, las grandes innovaciones en pedagogía, la inclusión de tecnologías y métodos pedagógicos punteros y, quizá, revolucionarios.
Frente al sistema de educación noruego se encuentran el estadounidense y el nuestro (con sus diferencias y similitudes, claro). Pero no son totalmente ajenos unos a otros ni han de copiarse tal cual para procurar esa mejora de la que hablamos. Sirvan un par de ejemplos:
  1. El famoso Moodle, la plataforma virtual que utilizamos en las universidades españolas, resulta ser un invento aplicado primero en las escuelas secundarias de Noruega. ¿Por qué a ellos les parece una herramienta maravillosa y el sentimiento general inicial en la universidad española ha sido de frustración? Es muy sencillo: en Noruega se creó una plataforma que el sistema estaba exigiendo, necesitando. En España, el profesorado se vio obligado a adoptar una tecnología que, no solo no sabía utilizar, sino que no pedía (en general). Y al alumnado le daba igual: no conocíamos esas opciones, y no se nos ocurría su potencial.
    Igual que en Noruega, en Corea del Sur tienen una plataforma virtual que les sirve como herramienta fundamental en la enseñanza y el aprendizaje, y ha sido asimilada por todos como imprescindible y muy útil, permitiendo al alumnado adaptar su ritmo de aprendizaje.
  2. El emprendedurismo como competencia transversal. En Noruega es uno de los principales ejes de la educación, procurando que el alumnado gane en independencia en su aprendizaje, que sea responsable del mismo. Nosotros, en cambio, aunque sí hemos buscado esa competencia emprendedora, no lo hemos enfocado exactamente de la misma manera: nos hemos quedado con una versión descafeinada que persigue fines ignorando medios. Aquí queremos al alumno perfecto y autónomo, pero no sabemos cómo cultivarlo. Allí lo riegan y abonan con creatividad (le dan herramientas, juegos y problemas que resolver) y tiempo. Alumnas y alumnos tienen que enfrentarse a tareas que se extienden varias semanas en el tiempo. Ese tipo de trabajos, aquí, no solo no son la norma, sino que son la más rara excepción, tendiendo, además, a tratarse de tareas grupales. 
  3. Y una diferencia extraordinaria que me llamó la atención al final del documental sobre noruega es la cuestión de la confianza (y su ausencia). En Noruega hubo un momento clave, a finales de los setenta, en el que todos los poderes sociales se sentaron a la mesa con el fin de elegir cómo habría de ser el sistema educativo. No fue una tarea fácil y, de hecho, les llevó CINCO AÑOS alcanzar el consenso. El resultado es un modelo imperfecto, sí, pero mejor que todos los demás, y que ahora el resto del mundo quiere imitar. ¿Cómo se sostiene este sistema educativo? A base de confianza. En Noruega no hay un cuerpo de inspectores, nadie tiene que demostrar a nadie lo bien que trabaja o o lo bien que enseña. Una confianza casi absoluta de arriba hacia abajo, en la que el profesorado (por otra parte, del mejor preparado del mundo), trabaja con tranquilidad y sin la presión de que se le evalúa desde arriba. El hecho es que un profesor o una profesora, sin darnos cuenta, está siendo evaluado a diario por su alumnado.
Y así hay algunos detalles más que podrían servirnos de muestra de qué nos diferencia. Cuesta más decir lo que nos une, aunque si se presta un poquito de atención, el modelo noruego no es radicalmente opuesto al nuestro, sin una mejora (muy mejorada) radical: el alumnado en el centro del sistema educativo, el profesorado hiperpreparado y convertido en élite social, la concepción de la educación positivista y constructiva que tienen en los países nórdicos, frente a nuestra idea más laxa, más difusa, aún a la carrera en la recuperación del retraso cultural que supuso el franquismo, de que a la escuela se va a aprender a leer, escribir, sumar y restar.
Un cambio en el modelo o en el sistema educativo es necesario, pero no estoy del todo seguro de hasta qué punto esas medidas reformadoras deben venir desde arriba, desde el gobierno de turno, y no desde la base, desde un profesorado más motivado e independiente.

2 comentarios:

  1. No sé si estarás de acuerdo en que la base del éxito del sistema educativo finlandés está en que todos reman en la misma dirección y para la población finlandesa la educación está en la base de la economía. Para que en un país como España lleguemos a tener este sistema educativo tendríamos que volver a nacer o dar un giro radical a nuestra forma de concebir la vidad.

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    1. Solo parcialmente. No creo que la mentalidad de la sociedad tenga que cambiar tan radicalmente. Creo que eso de estar en contra de los cambios es algo que se dice, más que se hace. Un ejemplo claro lo tenemos en el caso de la ley anti-tabaco, cuando iban a prohibir fumar en los bares. Todo el mundo decía que iba a ser la ruina para pubs, bares, cafeterías y discotecas. Todo el mundo (sobre todo fumadores y hosteleros) estaba en contra de la medida diciendo que dejarían de ir a los bares y que se arruinarían los negocios. El impacto real de la ley anti-tabaco no ha sido tan acuciante en las cajas (excepto los picos del principio) y sí en la sociedad. Ahora, incluso los fumadores se molestan cuando alguien fuma a hurtadillas en un bar, cerca de ellos. Algo así podría pasar con la educación o con casi cualquier otra concepción social.
      Gracias por tu comentario, Irene, que siempre se agradece tener un poquito de vida virtual en los blogs ;p

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Gracias por comentar. Acabas de dar una semana más de vida a este blog. ^_^